Os dejo este interesante artículo escrito por Laura Ventura para equisens. En los calurosos días de verano, aunque tengamos muchas ganas de trabajar el caballo, tenemos que valorar, ante todo, la climatología y su afectación sobre el animal. No solo sobre su rendimiento sino también sobre su salud y bienestar. Tengamos en cuenta que con 17 minutos de ejercicio moderado en un ambiente caluroso y húmedo, el caballo coge demasiada temperatura. Y es que la humedad en el ambiente no permite al animal transpirar correctamente y dificulta su capacidad para enfriarse y regular la temperatura de su cuerpo.
Entonces, ¿cuánto puedes trabajar normalmente y cuándo será mejor parar? Si sumas la temperatura (en grados Fahrenheit) y el porcentaje de humedad: si es superior a 130, el riesgo es demasiado elevado. Por ejemplo, 80ºF (equivalente a 27ºC) + 50% de humedad = 130.
- Por debajo de 130: el caballo es capaz de regular su temperatura corporal.
- Entre 130 y 170: será mejor tomar precauciones, ya que puede regular su temperatura aunque solo parcialmente.
- Más de 170: será necesario parar y ayudar al caballo a enfriarse con duchas de agua templada o fría, controlando la temperatura en todo momento.
Debes tener en cuenta que solo el 25-30% del sudor del caballo es efectivo para enfriar su cuerpo, frente al 50% en el caso de las personas. Además, la concentración de sal en el sudor del caballo es cuatro veces mayor que en nuestro caso, de manera que pierden más sal cuando sudan y ésta deberá ser reemplazada.
El riesgo para el caballo con las altas temperaturas es elevado, ya que puede sufrir hipotensión, cólicos o incluso un fallo renal.